Quizas sea mi
impresión, pero ¿no hay ya demasiados programas sobre chefs? El Arguiñano fue
el precursor y para mi es verdadero cocinero por excelencia, vasco como debe
ser, porque los vascos son los CR7 de la cocina, y aparte tiene arte contando
chistes. Exceptuando al gran Arguiñano y sus chistes, el resto en mi opinión
son un coñazo a niveles altos.
Por la mañana tenemos
el Robin Food, que lo presenta un tipo vasco también con barbas y que tiene el
pecho super extraño como sacado para adelante, pues bien, el tipo este habla de
guarrindongadas (que en vasco debe de significar algo así como “comida para
ponerse como un cerdo”), pues bien, este tipo te pone a hacer de comer como
buenamente puedas en casa, es decir, si la receta lleva jamón york y no tienes,
no pasa nada, coges un trozo de algo que se le parezca o no. Total que nos
encontramos con un mejunje que en español yo he titulado como “guateque de
colesterol”. En esos platos si los analizamos con un microscopio, los ácidos
grasos están dentro de tu estómago repartidos, unos bailan a modo de disco Stu
en el centro, mientras que otros están enrollándose en las esquinas diciendo
aquello de bésame! Soy irlandés!!. Y claro al final acabas como Homer con un
marcapasos porque su indulgencia es _________.
La dinastía cocinera
televisiva no acaba aquí, así, también tenemos a Chicote. Pues bien, Chicote es
ese tipo que parece a Homer Obeso con su traje de flores, nada más que
sustituye traje por bata, y súmale que las flores de Homer son más discretas.
Este tipo en la
televisión se conoce más por los pollos que monta (nunca mejor dicho) a gente que
trabaja en bares de fritanga para que se conviertan en un bar de los que se
llama ahora rastro bar, nombre muy acertado porque la comida es tan pequeña que
en 5 minutos no queda “rastro” de ella (hoy estoy inspirado). Y mi pregunta es
¿Por qué todos los bares tienen que ser delicatesen? Quien me conoce yo soy un
tipo que le gusta el típico bar de fritanga aquí en Andalucía conocido como
tapas, cuyo nombre se debe a la cantidad tan abundante de comida, que podrías
tapar el agujero de la barriga (cuidado que estoy ahí en el top ten del humor),
incluso en algunos sitios en los que el arroz esta tan pastoso se podría tapar
agujeros de la pared, por ejemplo. De hecho siempre he pensado que un tipo que
no le gusta echar una cerveza en un bareto cutre con una tapa mientras se habla
de cualquier cosa absurda no es un tipo de fiar y esconde algo, quizás debajo
de la ropa tenga una bata estrafalaria.
Retomando a Chicote,
este hombre plagiando un conocido programa de la televisión americana
“Pesadilla en la cocina”, cree que la mejor forma de que prospere un bar es a
través de llamar a sus empleados ineptos, flojos o incluso se ha escuchado
alguna vez un giliiiiiiiii, una cosa sorprendente oye. Además lo intenta hacer
con bares que llevan abiertos al público muchos años, en algunos casos,
alrededor de esos bares después se ha construido el pueblo. ¿Cómo vas a cambiar
el “Todo lo que pueda comer” en la “Trufa Dorada”? Aaaaaargh esa imagen
sustituirá a la ballena en mis pesadillas (ballena por el símil simpsoniano no
por Chicote, aunque una vez dicho…). Si el bar Paco de toda la vida de la
esquina de tu barrio ha estado allí durante tanto tiempo es por algo, una buena
tapa o un buen plato de comida es a veces mucho más importante que tanta
imagen, aunque se coma por los ojos. No por ello, quiere decir que no se deba
de mejorar, pues ahí consiste la evolución, pero no quiero ir a un bar que
parezca un futuro no muy lejano donde no haya el Moe de turno o un Barney
trincando birra, pero ese es un tema que trataremos en otro capítulo.
Y por último y el más
acojonante programa de chefs es como no….Master chef. No nos engañemos algunos
lo veríamos por la simpatiquísima presentadora, ex novia del mejor portero de
todos los tiempos que cuando la vea por la tele deberá pensar….bueno por lo
menos hemos sobrevivido que es lo importante. Pero no he venido a hablar de Eva González y su dulce cu, pero no podía dejar pasar la oportunidad de
decirle que es mi dulce Venus y que le da vidilla a un coñazo de programa.
Pues bien, este programa
tiene una jartá de concursantes los cuales tienen que pasar unas pruebas, en
plan, tienes que hacerme un cochinillo al horno en cinco minutos y ayudándote
tan solo de dos piedras y un bote de líquido de frenos y cosas más difíciles
aún, a veces tan solo al alcance del ídolo de Paty y Selma. Además aparte de
hacerte cocinar en condiciones dificilísimas, hay otras pruebas en las que la
creatividad cuenta, recordándome inevitablemente a Homer cuando quería ser
artista, que en este programa lo hubiese ganado de calle. Pues bien, uno de los
concursantes hizo un plato conocido como el “León comegambas”, bien este plato
consistía en unos bigotes de gamba puestos alrededor de una patata “cocida”,
entrecomillado porque he visto piedras mas blandas que esta, de hecho, uno de
los jueces la intentó pinchar y daba la sensación de que subiría al techo y
haría un control tipo Maradona al caer, porque, para comer no, pero para jugar
al basket o al futbol sí que tenía utilidad. Bueno la reacción del jurado fue
expulsarlo, porque el cuerpo les pedía agarrarlo del cuello como a Bart, o
decirle: te invitaríamos a un gelatto pero…..ya sabes.
Este programa además
cuenta con una sección infantil, en la que, quieren dar a conocer a los
chavales que la cocina es un sitio maravilloso en el que desarrollar la
creatividad, quemarte una mano, saltarte el aceite en la cara y quedarte como
Hugo, o incluso que te ataque una langosta en la nariz como aquél francés en la
fiesta del sobrino de Quimby. La verdad en ese aspecto, fuera ya del tono
cómico del libro, me alegra porque la conciencia de los niños de azul y las
niñas de rosa se acabó por fin, y todos hombres y mujeres debemos ayudar en la
cocina, así que, por ese aspecto, punto a favor para los productores, de hecho
ahora mismo he tirado el sombrero y he disparado al aire como un millonario
tejano, una pena que no se vea.
Pero bueno, lo que
quería recalcar, que el otro día me resultó más que curioso, o una tomadura de
pelo, es que, un programa les dijeron a los chavales que les iban a visitar Mac
Robinsher, Paul Mirrten o Fernand Polansky (nombres inventados), en fin,
estrellas michelín que quienes no estamos familiarizados de manera profesional
con el mundo de la cocina más allá de freír un huevo o hacer unas lentejas nos
suenan lo mismo que Mister Clokel, a chino. Pues bien, los chavales se
empezaron como se dice aquí “a hacerse peazos” de alegría porque venían estos
tíos al programa, casi como si quienes fuesen a visitarlos fuesen de la talla
de Cristiano Ronaldo, Messi, El Dioni, Carlos Jesús o el mismísimo Cañita
Brava. ¿No les resulta raro que un chaval de doce años que pide un zumo de piña
cuando va con sus padres a tomar algo conozcan a una estrella michelín? Quizás
sea yo el inculto y el resto sean súper bebés brasileños con una mente
prodigiosa, si es así, mil peldones.
Así está la prosa...........





